Mi casa ya no es mía,
sólo un refugio,
de paso.
Tampoco este silencio
ni mis palabras;
nunca estuve en ellas,
ni las engendré.
Puedo esperar que aclare
y ver si me esfumo,
o tomar esta casa por asalto,
hacer propia
alguna palabra,
intercalando
algún silencio,
encarnarme.