Resurrección III

Resurrección IV

Callo mi voz,

callo mi silencio

que te dice

a la distancia,

que te dice

como la noche,

como la herida,

que dice

que la noche

se deshizo en cenizas

de tan negra que era,

de tan grave,

y palabras amarillentas

vuelan desahuciadas

sin sentido

ante el sentido

 

disipado

el peso del rocío

bajo un sol azafranado

que se multiplica

en fracciones periódicas

y nos tiñe,

indeleble,

con el color de la brisa,

perfumada de nardo

 

golondrina mañana

sin retorno.